Los presidentes de la República Democrática del Congo (RDC) y de Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, se reunieron ayer martes en Doha, capital de Qatar, y se comprometieron a impulsar “un alto el fuego inmediato e incondicional” en el conflicto que enfrenta a ambos países en el noreste de Congo. El encuentro, el primero entre ambos mandatarios desde hace más de un año, fue posible gracias a la mediación del emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, y se produce tras varios intentos fallidos en el continente africano. El país árabe refuerza así su papel de mediador en conflictos en todo el mundo, como los de Sudán y Ucrania.La reunión, que duró unos 45 minutos y que ambas delegaciones calificaron de “cordial”, se produjo de modo discreto y sin anuncios previos. Además de llamar a un alto el fuego, Tshisekedi y Kagame acordaron continuar las conversaciones para alcanzar una paz definitiva. En una declaración conjunta, firmada también por el emir de Qatar, se felicitaron por “los progresos alcanzados en los procesos de paz de Luanda y Nairobi, así como en la cumbre (…) celebrada en Dar es Salaam, Tanzania, el 8 de febrero de 2025″, y agradecieron a Al Thani por la organización de un encuentro que “contribuye a generar confianza en el empeño común de lograr un futuro seguro y estable para la RDC y para toda la región”.El Gobierno ruandés celebró el encuentro, en un mensaje en la red social X, y aseguró que durante el mismo se discutió también la necesidad de que se produzca “un diálogo político directo” entre las autoridades de Kinshasa y el grupo rebelde congolés M23. De igual manera, defendió la necesidad de Ruanda de contar con garantías en materia de seguridad frente al grupo armado Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), al que Kigali acusa de intentar la desestabilización de Ruanda con el apoyo del Gobierno congolés.El viejo conflicto que enfrenta a Ruanda y Congo se intensificó el pasado mes de enero cuando el M23, apoyado por Kigali y soldados ruandeses, tomó Goma, capital de la región de Kivu del Norte, en el noreste de la RDC. Días más tarde, la ciudad de Bukavu, capital de Kivu del Sur, cayó también en manos de los rebeldes reforzados por Ruanda. Las dos iniciativas de mediación africanas, lideradas por Kenia y Angola, no habían logrado sentar las bases para la apertura de conversaciones de paz y estaban bloqueadas debido a la desconfianza y las diferencias en los planteamientos de ambas partes: Kagame exigía la participación del M23 en las discusiones, algo a lo que Tshisekedi se negaba por considerarlo una marioneta en manos de quien creía que debía ser su verdadero interlocutor: la propia Ruanda.Sin embargo, tras el fracaso del último encuentro anunciado entre Tshisekedi y Kagame, hace tres meses en Angola, la situación ha cambiado profundamente. El fracaso del ejército congolés para frenar el avance del M23, que ha consolidado sus posiciones en los Kivus, ha provocado un cambio de posiciones. Por primera vez, las autoridades congolesas se muestran dispuestas a reunirse con los líderes del M23 y, por otro lado, Ruanda se enfrenta ahora a graves sanciones impuestas por Occidente y, en particular, la Unión Europea, que se dirigen tanto contra altos cargos militares y políticos ruandeses como contra dirigentes del propio grupo rebelde. Como consecuencia de estas medidas, Ruanda rompió relaciones diplomáticas con Bélgica, su antigua potencia colonizadora, a quien considera impulsora de las sanciones.Esta misma semana, los líderes del M23 y las autoridades congolesas debían mantener un primer encuentro en Luanda, la capital angolesa, pero los jefes rebeldes desestimaron acudir a la cita debido precisamente a las sanciones aprobadas por la UE, situando al proceso angolés en vía muerta. Por ello la mediación de Qatar resucita la esperanza de encontrar una salida pacífica al conflicto del Congo.Según la declaración conjunta firmada el martes, las conversaciones de paz iniciadas en Doha deben proseguir en el marco del llamado “proceso fusionado” liderado por dos organismos regionales africanos, la Comunidad de África del Este (EAC, por sus siglas en inglés) y la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés), tras el fracaso de los procesos de Luanda y Nairobi, de los que Ruanda desconfiaba. El carácter unificador del proceso fusionado EAC-SADC hace que sea aceptado por todas las partes como el mejor espacio para dichas conversaciones de paz.

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