Con rastreadores, Henry Loaiza Montoya, hijo del ‘exnarco’ alias El Alacrán, seguiría las embarcaciones que transportaban cocaína por el océano Pacífico a los Estados Unidos y se comunicaba con aliados de una organización criminal que transportaba cuatro toneladas mensuales de droga, mediante semisumergibles y lanchas rápidas.Esa es la acusación que pesa sobre el ‘Alacrán Jr.’, quien esta semana fue extraditado al país norteamericano junto a otro grupo de personas para enfrentar un juicio por delitos relacionados con concierto para delinquir y tráfico de drogas ilícitas. Fueron extraditados ocho colombianos a los EE.UU 🇺🇸 por la @INTERPOL_HQ, quienes eran requeridos por la Corte del Distrito Sur de Florida por los delitos de narcotráfico y concierto para delinquir.Entre los involucrados se encuentra alias ‘Alacrán Jr.’, el cual llegó a… pic.twitter.com/13Xm5RtiE8— Mindefensa (@mindefensa) March 19, 2025
Para llegar a sus presuntas actividades ilegales, desde 2016 uno de los agentes investigador se infiltró en la organización, que operaba en Colombia, Guatemala y México, para conocer cómo movían grandes cantidades de cocaína hacia los Estados Unidos. En ese lapso, se descubrió que Loaiza Montoya al parecer es uno de los principales capos de la organización, responsable de coordinar el transporte de kilogramos de cocaína, usando embarcaciones marítimas para el envío de la droga hacia territorio estadounidense. La investigación, que incluyó interceptaciones en el océano Pacífico, llevó al decomiso de tres grandes cargamentos de cocaína.Henry Loaiza Montoya, a su llegada a Colombia tras ser deportado de Ecuador. Foto:Archivo ParticularEl primero de estos se produjo el 7 de enero de 2018, cuando se incautaron 900 kilogramos de la droga. Posteriormente, el 14 de febrero de 2018 se logró dar con otros 1.027 kilogramos, y el 24 de marzo de ese año se interceptaron 911 kilogramos más. Las autoridades, además, identificaron a Loaiza Montoya como uno de los responsables de coordinar las rutas y las operaciones logísticas de estas embarcaciones, así como de mantener comunicaciones constantes con otros miembros de la red.Según los detalles de la investigación, el ‘Alacrán Jr.’ utilizaba dispositivos de rastreo para determinar la ubicación exacta de las embarcaciones cargadas de cocaína y se encargaba de coordinar los movimientos y la vigilancia de las embarcaciones para evitar la detección por parte de las autoridades. Además, se descubrió que habría realizado pagos a testigos que participaron en las operaciones relacionadas con el narcotráfico.El plan para el tráfico de drogaCorte Suprema dio concepto favorable para la extradición del hijo del ‘Alacrán Foto:Archivo ParticularEn una declaración jurada por uno de los agentes infiltrados en la organización, que fue tenida en cuenta por la Corte Suprema para aprobar su extradición, quedó registrado el modus operandi para transportar droga. En la madrugada del 7 de enero de 2018, el total de 900 kilogramos de cocaína incautados ya tenían encima los radares de las autoridades. Esa vez, desde Norteamérica empezaron a interceptar las comunicaciones de Loaiza el 22 de diciembre de 2017, cuando habló con otro de los traficantes para planificar una nueva ruta marítima para el contrabando de cocaína, estableciendo un centro de operaciones para coordinar los movimientos y asegurar el éxito de la operación.Durante ese intercambio, se revelaba la meticulosa preparación que se había llevado a cabo en los días previos. Se mencionaba el alistamiento de embarcaciones, la disposición de los cargamentos y la adquisición de equipos de rastreo, como localizadores ocultos en paquetes de cocaína y boyas marinas. En una conversación del 30 de diciembre, el nerviosismo de Loaiza Montoya habría sido palpable según el expediente. Su desconfianza hacia algunos de sus colaboradores se hacía evidente cuando cuestionaba la lealtad de los trabajadores involucrados en la operación de recarga de combustible. Henry Loaiza Montoya Foto:Archivo ParticularEl 13 de enero de 2018, las tensiones llegaron a su punto máximo. Loaiza Montoya, preocupado por la pérdida de una carga, discutía el descontento de los inversionistas que financiaban su operación. Parecía que las alianzas dentro de la red comenzaban a desmoronarse. Sin embargo, Loaiza Montoya no daba marcha atrás; sabía que su influencia y conexiones eran claves para mantener el control del negocio.Pero todo aquello fue en vano. A pesar de la meticulosa planificación y la dedicación al detalle, la red de Loaiza Montoya fue finalmente desmantelada el 7 de enero de 2018, cuando las autoridades lograron interceptar su cargamento de cocaína, que se encontraba en un barco de contrabando listo para zarpar.Loaiza Montoya y sus colaboradores no anticiparon que, mientras ellos estaban vigilando el progreso de su cargamento, las autoridades también estaban a la espera, observando cada paso, cada conversación.La incautación de los 900 kilogramos de cocaína fue solo el inicio de una serie de investigaciones que pondrían al descubierto las operaciones de tráfico de drogas a gran escala, las cuales se movían bajo una red de comunicaciones sofisticada, que lograba burlar la vigilancia durante meses. Juan Diego Torres – Justicia – dielas@eltiempo.com

Las pruebas de EE.UU. para judicializar por narcotráfico a alias Alacrán Jr., hijo de excapo del cartel de Cali
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