Cae Alejandro Davidovich en los cuartos de final del Trofeo Conde de Godó ante Karen Khachanov, tras 1h y 47m de batalla (4-6 y 5-7). Y con ello, se escapa el sueño de ganar su primer título de la ATP. Venía el malagueño haciendo una buena gira de tierra batida, habiendo alcanzado las semifinales de Montecarlo, pero el ruso, número 27 del mundo, se interpuso en su camino y fue el primero que desembarcó en las semifinales; firmó así su mejor resultado en la capital catalana, y espera en la penúltima ronda a Holger Rune. El danés, número 13 del mundo, venció al tenista noruego y defensor del título Casper Ruud (4-6 y 2-6, 1h y 28m).Ni pizca de aire se siente en el barrio de Pedralbes, que vive estos días cómo un sol resplandeciente, radiante, ilumina a primera hora de la mañana la pista central del Real Club de Tenis Barcelona (RCTB). Por eso, Davidovich se recoloca a veces su gorra amarillo fosforito. Va a juego con la muñequera y los pantalones que viste. También con el color de su raqueta y de la pelota: esa que se encarga de quemar a base de raquetazos. Sobre todo, a través del revés cruzado para después ir directo hacia la red y rematar con un smash imparable. Así se encarga el malagueño de ganar los primeros intercambios. Fusionado con su indumentaria; fusionado con su tenis.Más informaciónNi siquiera un dron, que revolotea por encima de la central, o los gritos desde la grada desconcentran al malagueño. “¡Vamos, Davidovich!”, vocea un aficionado en medio de un punto al inicio del encuentro. Pero poco más tarde, el de La Cala del Moral se revuelve y pierde el quinto juego con su servicio. Y desaprovecha tres bolas de rotura en el siguiente. Muy plana y alta viene la pelota de Khachanov. Demasiado. Tanto, que Davidovich maldice, porque no puede mandar ninguna al otro lado de la red. El ruso es como un pulpo. Se estira y se estira con su drive y, a partir de ahí, desquicia al rival.“¡Ostia, si esto parece Marrakech!”, chilla Davidovich, consciente de que este Viernes Santo se acerca más al sufrimiento que a la pasión. Porque sabe que tiene un encuentro “duro y reñido” por delante: “Habrá que dar un paso al frente en los momentos importantes”, sentenciaba un día antes el español. Esta vez toca bajar al barro. Otra vez. Así lo hace, cuando en el séptimo juego del primer set consigue el break (4-4) y empata la contienda. Se desespera el moscovita, que se desgañita para sus adentros, pero celebra a los 47 minutos de batalla. Suyo es el primer set.“¿Qué me pasa?“Mientras, Davidovich se va a la silla pensativo. Mira a su box y estira los brazos. Como si no pudiera llegar a las bolas que le lanza el número 27 del mundo: “Todo de revés, todo de revés”, comenta uno de los aficionados sobre la estrategia que tiene por bandera el ruso. Y así se demuestra a continuación, cuando el malagueño, desesperado, falla un cruzado nada más comenzar el primer juego del segundo parcial. Entonces, Davidovich, que reacciona tras el error poniéndose casi de rodillas sobre la tierra batida, envía un drive fuera de la pista: 6-4 y 0-1 abajo en el segundo set. No hay problema.Porque una derecha paralela y potente del español arregla la incertidumbre. “¡Vamoooos!”, grita él tras hacerle el contrabreak y confirmarlo acto seguido con su servicio. Se va encontrando con mejores sensaciones el malagueño tras ese golpe, a pesar de que le sigue corriendo demasiado la derecha al ruso: 13 golpes ganadores convierte en la primera manga. Pero Davidovich se desliza y derrapa sobre la arcilla. Su calcetín derecho —no tanto el izquierdo, de color negro— está lleno de tierra batida. No se cansa y aguanta la embestida.Khachanov golpea la pelota durante el partido.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)Hasta el punto de que rompe el servicio de Khachanov en el sexto juego del segundo parcial. La grada enfurece a favor del español y él se deja llevar por su público, que sufre cuando el reloj pasa la hora y media de partido, y su representante se ve con el agua al cuello: 4-5 en el segundo parcial. Antes, Davidovich cede una bola de set y salva tres bolas de rotura. Pero a la cuarta cede. “¿Qué me pasa? ¿Qué me pasa?“, se pregunta tras cometer su primera y única doble falta. El choque llega a la barrera de lo “psicológico” para el español, como también lo fue el día anterior ante Rublev.La lucha interior se apodera de Davidovich, quien lanza un smash fuera de la pista con el 5-5 en el segundo set. Doble punto de break para el ruso, que acaba convirtiendo la rotura. La raqueta y la bolsa del malagueño acaban pagando las consecuencias de perder una ventaja de dos juegos en el marcador. Y con ello el encuentro, tras casi dos horas de lucha: momento en el que el español sucumbe ante Khachanov.Tsitsipás se retira debido a la espaldaNo pudo Alejandro Davidovich alcanzar las semifinales del Conde de Godó 2025. “He tenido mis oportunidades y no las he aprovechado, sobre todo en el segundo set. El tenis lo que una semana te da, otra te lo quita”, expresó el malagueño en rueda de prensa. Sin embargo, el de La Cala del Moral, contento por el rendimiento” dado, se mostró sorprendido por las “minimontañitas de tierra” presentes en la pista central del Real Club de Tenis Barcelona.
“No ha sido solo hoy. Este año han puesto más tierra y los botes estaban siendo un poco malos. En Montecarlo, todos eran limpios”, sentenció el número 30 del mundo. Asimismo, aclaró que la frase proferida durante el encuentro -“¡Ostia, si esto parece Marrakech!”- se trató solamente de “un calentón”: “Estaba muy enfadado por perder ese punto. Pido perdón al club, pero sí que es verdad que la pista podría estar mejor”, manifestó. En cuanto a los momentos claves del encuentro, Davidovich afirmó que “él (Khachanov) los ha jugado mejor”.
Por otro lado, el francés Arthur Fils pasó directamente a las semifinales del Conde de Godó y se medirá este sábado por la parte alta del cuadro con Carlos Alcaraz (no antes de las 16:00, Teledeporte y Movistar+), después de que Stéfanos Tsitsipás se retirase a los 15 minutos de encuentro. El heleno pidió la asistencia médica con el 0-2 en contra en el marcador por una lesión lumbar. Una molestia física que impide al griego una vez más levantar el trofeo de campeón en Barcelona, tras ser finalista de la competición en 2018, 2021, 2023 y 2024.

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