En la noche del miércoles 30 de julio aterrizó en Colombia, en un vuelo de deportados, el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons. Estuvo tras las rejas en EE. UU. y quedó en libertad bajo fianza, pero tiene cuentas pendientes con la justicia colombiana, razón por la que una corte del estado de Florida terminó dando luz verde a su extradición.En 2021 fue capturado por solicitud de Colombia, que había pedido su extradición para que el exgobernador, condenado por concierto para delinquir agravado, cumpliera la pena rebajada que logró gracias a un preacuerdo.Alejandro Lyons Foto:Archivo EL TIEMPOAunque desde 2018 el Gobierno venía pidiendo a las autoridades norteamericanas que hicieran los trámites para enviarlo de vuelta, solo hasta siete años después se hizo efectivo el requerimiento.El sistema judicial norteamericano obliga a que un fiscal de ese país presente esta solicitud ante los jueces, paso que se realizó por el fiscal Jason Wu hasta el 10 de mayo de 2021. Según documentos de Estados Unidos, Lyons llegó a ese país para servir como testigo cooperante en un proceso federal. Acordó regresar a Colombia para cumplir su sentencia una vez se completara la investigación. Sin embargo, no lo hizo y terminó capturado y tras las rejas.Lyons fue condenado a cinco años y tres meses por uno de los más de 20 delitos que, en un principio, le endilgó la Fiscalía —y el de menor cuantía—. Pese a la gabela que se le otorgó por colaborar con la justicia y delatar al magistrado Leonidas Bustos en el llamado ‘cartel de la toga’, en el que se habrían ofrecido sobornos para torcer el curso de investigaciones contra procesados como él, no ha pagado ni un solo día de esa pena en el país, pues se mantuvo en Estados Unidos mientras se resolvía su proceso de extradición.Alejandro Lyons, foto de archivo Foto:Archivo EL TIEMPOSu nombre aparece en expedientes por irregularidades en convenios de ciencia y tecnología por más de 43.000 millones de pesos, que habrían sido adjudicados a dedo a la Corporación Unificada Nacional de Educación, a cambio de un porcentaje de esos recursos. Es la cabeza del llamado ‘cartel de la hemofilia’, un entramado corrupto con el que se saquearon los dineros de la salud del departamento a través de falsos pacientes con esa enfermedad de alto costo. Según la investigación, con este mecanismo se logró un desfalco de más de 54.586 millones de pesos.También fue investigado por un caso de corrupción relacionado con terapias para niños con síndrome de Down, en las que, según la Contraloría, muchos procedimientos fueron pagados, aunque nunca se realizaron.Sin embargo, la condena contra Lyons se dio por su participación en el robo de recursos de regalías a través de comisiones de hasta el 30 % en los contratos que se entregaban, con lo que terminó apropiándose de 9.000 millones de pesos. Esa comisión, según la dosier que armó la Fiscalía, se repartiría entre él, Musa Besaile y Jairo Zapa, director departamental de regalías, asesinado en 2014. De acuerdo a las cuentas del ente acusador, se aprobaron finalmente diez proyectos y se habrían recibido por comisiones el valor mencionado.#Colombiaen5minutos Foto:En 2017, Lyons aceptó cargos, se comprometió a entregar la suma de 4.000 millones de pesos y fue condenado por la Corte Suprema. Esa es la cuenta que sigue pendiente con la justicia colombiana.”El acusado fue el líder de la empresa criminal no solo por idear los mecanismos con los que sería defraudado el patrimonio del ente territorial a su cargo, sino porque siempre estuvo al frente de la misma, dando instrucciones a sus emisarios para manipular la celebración de los convenios de cooperación a fin de garantizar el pago del 30 por ciento del valor de cada uno por concepto de comisión a favor del gobernador y a cargo de las personas escogidas para su ejecución”, dijo la alto tribunal el 21 de marzo de 2018 al leer la condena en su contra.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

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