Aislada en la inmensidad del océano Atlántico, con una población de apenas 390.000 habitantes e integrada en la OTAN pero sin ejército propio, Islandia busca asideros en un tablero geopolítico en el que se multiplican las amenazas. Estados Unidos ha expresado abiertamente su intención de apropiarse de la vecina Groenlandia, y el Círculo Polar Ártico, que roza el país en su extremo norte, es el nuevo escenario codiciado por las grandes potencias. En ese contexto, el nuevo Gobierno islandés, en el cargo desde hace apenas tres meses, ha reactivado una vieja reclamación que ha estado hibernada durante los últimos años: la adhesión a la Unión Europea. “Podemos ser un pequeño puesto de avanzada contra otras amenazas, ya vengan de China, Rusia u otros países”, sostenía la ministra islandesa de Asuntos Exteriores, Thorgerdur Katrín Gunnarsdóttir, la semana pasada durante la visita oficial que realizó a España.Gunnarsdóttir (Reikiavik, 59 años), líder de los liberales, conversó con EL PAÍS el pasado viernes, un par de horas después de almorzar con su homólogo español, José Manuel Albares, en el Palacio de Viana de Madrid, y antes de asistir a una reunión con la ministra de Defensa, Margarita Robles, en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. Durante la media hora que duró la entrevista, Gunnarsdóttir mencionó en repetidas ocasiones las palabras “seguridad” y “defensa”. Y remarcó que Islandia y España piensan de forma similar en materia de derechos humanos. “En este momento, en el que es evidente que se está tratando de tirar abajo tantos derechos, es importante que haya naciones como las nuestras que hablen alto y expongan su opinión“, sentenciaba la ministra, cuyo partido, el Liberal Reformista, de centro derecha, surgió en 2016 como escisión del conservador Partido de la Independencia.El país nórdico planea abrir su primera embajada en España antes de que acabe el verano. “Era muy necesario. Aparte de los intercambios comerciales, sociales y culturales, tanto Islandia como España pertenecemos a la OTAN. Ojalá estemos también juntos en la Unión Europea”, indica Gunnarsdóttir, aludiendo a una idea: la de la posible adhesión al bloque de los Veintisiete, que lleva rondando su trayectoria política desde hace décadas.En julio de 2009, Islandia pidió la integración en la UE tras el derrumbe de su sistema bancario. Pero en diciembre de 2013 el Gobierno suspendió las negociaciones de adhesión, y en marzo de 2015 el país solicitó dejar de ser candidato. Una reciente encuesta de la empresa demoscópica Prósent indica que el 45% de los islandeses está a favor de la adhesión, mientras que el 35% se opone. Según establece un acuerdo de Gobierno, este convocará un referéndum para consultar si iniciar las negociaciones no más tarde de 2027.Según Gunnarsdóttir, “no hace falta mucho” para allanar el camino hacia la adhesión, sobre todo porque Islandia coopera estrechamente con la UE en calidad de miembro del Espacio Económico Europeo (EEE). Su pertenencia al espacio Schengen y a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) son otros dos elementos a favor. “Sin duda, lo más delicado será llegar a un acuerdo en agricultura y en la gestión pesquera”, recalca.La ministra Thorgerdur Katrín Gunnarsdóttir llega a la reunión de ministros de Defensa del Consejo del Atlántico Norte en la sede de la OTAN, el 13 de febrero de 2025 en Bruselas.Omar Havana (Getty Images)Consciente del papel crucial que juega Islandia en la geopolítica mundial por su ubicación en el Atlántico Norte ―con el Círculo Polar Ártico cruzando el país en su punto más septentrional―, la ministra no duda en aludir a “la ampliación de la propia zona de seguridad económica y defensiva de la UE” al ser preguntada por los cambios que implicaría la integración de su país en el club comunitario. El creciente interés de superpotencias como EE UU, China y Rusia en el Ártico podría impulsar un uso militar de la isla que, sin duda, renovaría el papel del país nórdico dentro de la OTAN ―es el único miembro sin ejército propio―. Se trataría, dice, de un “pequeño puesto de avanzada” en la protección de Europa contra las amenazas de China, Rusia “u otros países”.En materia de seguridad, el punto de mira del Ejecutivo islandés está puesto también en cuatro cables submarinos que conectan la isla con las Islas Feroe, Irlanda, Escocia, Dinamarca, Groenlandia y Nueva Escocia (Canadá). Todos ellos desempeñan un papel clave en las telecomunicaciones, la energía, las finanzas y la atención sanitaria de la isla europea. “Tenemos que estar muy atentos a esta infraestructura submarina. Si el derecho internacional no se respeta, entonces los islandeses estaremos con el agua al cuello, hablando en plata”, advierte la mandataria. Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, una serie de incidentes en distintos puntos de las infraestructuras que recorren el lecho marino europeo, sobre todo en el Báltico, han disparado las alarmas.El nuevo Gobierno de coalición islandés, que ejerce desde diciembre de 2024, ha establecido como prioridad elaborar, en colaboración con todos los partidos del Parlamento, una política de seguridad y defensa. “Queremos enviar un mensaje claro al resto del mundo: nos estamos tomando estas cuestiones en serio”, indica la ministra de Exteriores tras desgranar algunas de las medidas que tienen previsto implementar, entre las cuales se incluye la puesta en marcha de un submarino de vigilancia no tripulado en cooperación con la Guardia Costera de Islandia para reforzar la vigilancia de los cables submarinos y los puertos. “En caso de incendio, todos necesitamos bomberos”, apunta.Preguntada por la visita de una delegación de la Administración de Donald Trump a Groenlandia, en plena tensión entre la isla vecina y EE UU, Gunnarsdóttir no duda en calificarla, como sus colegas daneses, de “inaceptable”. Tras hacer hincapié en que las relaciones entre Islandia y Estados Unidos “siempre han sido buenas”, sentencia: “Tanto los daneses como los groenlandeses están dispuestos a dialogar, negociar y cooperar. Estoy totalmente en contra de una agresión unilateral. Es mejor que naciones que hasta ahora han luchado por la libertad se asocien y cooperen”.

Islandia busca el acercamiento a la UE para sobrevivir a un imprevisible tablero geopolítico | Internacional
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