El 22 de abril se estrena en RTVE Play, y un día después en La2, la serie documental Hope, uno de los proyectos audiovisuales de temática ambiental más atípicos creados en España. Primero, porque empezó a andar hace cuatro años con las donaciones de miles de particulares en un sorprendente crowdfunding y luego ha multiplicado por 18 su presupuesto hasta alcanzar los 2,4 millones de euros. Pero, sobre todo, porque el secreto de su éxito no es otro que abordar la crisis climática y de biodiversidad con un enfoque ultrapositivo, justo lo opuesto a lo que suele ocurrir, más en estos tiempos tan convulsos. Como incide el creador e impulsor de la serie, Javier Peña (Madrid, 38 años), han querido mostrar la otra mitad de la historia que no suele contarse, la de las soluciones. Para ello, sacan seis capítulos, con grabaciones en 17 países de cuatro continentes.Pregunta. En 2018 da un giro a su vida y empieza a subir por su cuenta vídeos ambientales a las redes sociales. ¿Por qué elige el nombre de Hope?Respuesta. Empecé a hacer vídeos y necesitaba un nombre para abrir una página de Facebook. Decidí ponerle el nombre de la palabra en conflicto, la esperanza, que es el motor del progreso y que, sin embargo, tan difícil es de sostener cuando descubres la magnitud de la crisis climática.P. Esta decisión de empezar a divulgar tiene mucho que ver con el nacimiento de su primer hijo. ¿No es cierto?R. Sí, cuando eres padre no puedes no tener esperanza en el futuro. No es una opción.P. ¿Cómo ha cambiado su enfoque comunicativo desde esos primeros vídeos hasta llegar a esta serie documental?R. Cuando empecé, pensaba que si la gente entendía lo grave que es esto, entonces reaccionaría y las soluciones se implementarían muy rápido. Mi enfoque era explicar los puntos de inflexión, cómo estamos desencadenando una nueva extinción masiva, lo que significa un grado y medio más [en la temperatura media del planeta]… Pero me di cuenta de que esto por sí solo no es activador. Además, vivimos en la era de las verdades a la carta. Aunque uno lance el mensaje de que esto es muy grave y que tenemos que actuar, al lado hay gente que dice que los científicos están mintiendo y que no hay ningún problema. Y muchas personas prefieren escuchar aquello que les permite no cambiar. Pero entonces hubo un punto de inflexión que fue la publicación del informe Drawdown de Paul Hawken, que demuestra que hay una vía para revertir esto y que además produce enormes ganancias sociales, económicas y ambientales en la sociedad. No tenemos que estar de acuerdo con todos, pero resulta más viable encontrarnos en soluciones que logran un país más seguro, más próspero, con más empleo, más resiliente, más verde, con más agua…P. En el primer capítulo, Paul Hawken llega a decir que el calentamiento del planeta es un regalo para la humanidad. ¿No es pasarse?R. No me parece pasarse. Los desequilibrios en la atmósfera son un síntoma de que hay algo que está mal en la Tierra y nos imprime una urgencia para arreglarlo. Las soluciones a la crisis climática aportan más vida, más biodiversidad, más salud… Tenemos las soluciones técnicas y el conocimiento para arreglar en muy pocos años siglos de destrozos en la Tierra. Podemos ser una generación que protagonice un giro y que abra una nueva era. Hay quien habla del regeneraceno o de la era de la regeneración como una nueva fase en la historia de la humanidad. Esto no es pensamiento mágico, ni naif, esto es una evidencia científica, tenemos la capacidad de hacerlo ya.P. Pero ahora mismo todo parece ir en la dirección contraria.R. No creo que Trump tenga la capacidad de frenar la transición ecológica. Pienso que esta es ya inevitable, simplemente porque son tecnologías mejores que a menudo cuestan menos o van en defensa de los intereses nacionales estratégicos. Hace un tiempo, arreglar la naturaleza o luchar contra el cambio climático era algo que hacer por bondad o por altruismo. Ahora, quién se quede anclado en la economía fósil por egoísmo sufrirá las consecuencias y se verá lastrado. China tiene una apuesta decidida por convertirse en el primer electroestado y liderar las tecnologías de los coches eléctricos, las renovables, las bombas de calor… También ha reforestado más territorio que ningún país del mundo y lo ha hecho en defensa propia, para parar al desierto, las tormentas de arena, moderar las temperaturas, absorber la contaminación…P. ¿De qué forma estas soluciones benefician a España?R. España está en primera línea de desertificación y tiene que importar casi el 80% de la energía que consume, por su actual dependencia de los combustibles fósiles. Con estas soluciones, no solo puede frenar el desierto sino también convertirse en una potencia energética, porque un panel solar en España rinde el doble que un panel solar en Alemania. Puede convertirse en el país con los precios de la energía más bajos y en una locomotora industrial de la UE.P. De todas las soluciones que analiza el documental, ¿cuáles tienen un mayor impacto positivo?R. El IPCC [el Panel de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas]la ciencia, señala básicamente cuatro bloques de soluciones como los más efectivos para revertir la crisis climática. Los dos primeros son la energía solar y la energía eólica, para dejar de quemar combustibles fósiles. Las dos siguientes son restaurar y proteger la naturaleza y secuestrar carbono en los suelos agrícolas. Para mí, la revolución de la agricultura regenerativa es la mayor fuente de esperanza y el vector de cambio más transformador que podemos tener en este momento. Es decir, convertir la producción alimentaria, el primer sector de emisiones, pérdida de biodiversidad y degradación de suelos, en una fuente de biodiversidad, secuestro de carbono y retención de agua. Esto transformaría el mundo.P. ¿Qué es la agricultura regenerativa?R. La agricultura regenerativa es un conjunto de técnicas que integran lo mejor del saber tradicional agrario con el actual conocimiento científico sobre suelos y biodiversidad para convertirlo en fuente de incremento de la productividad. Es mejorar los suelos para tener mejores cosechas, más saludables, retener más agua, introducir una serie de técnicas para sustituir los químicos por naturaleza y resolver muchos de los grandes problemas de los agricultores. En el documental, sacamos el caso de un agricultor de Tarragona que ya produce un 30% más con un 30% menos de coste, en un estudio liderado por la Universidad de Barcelona.P. ¿Por qué la crisis climática es un fracaso de la imaginación?R. El cambio climático es el subproducto de una forma primitiva de hacer las cosas que necesita destruir la naturaleza y necesita contaminar y extraer vida para crear bienes y servicios. Efectivamente, el que hayamos llegado a este punto con la crisis climática es un fracaso de la imaginación, por no imaginar algo nuevo, otras alternativas.P. El proyecto de la serie Hope comenzó con un crowdfunding en 2021 con el que se consiguieron más de 130.000 euros. ¿No es muy habitual lograr tantas donaciones?R. A mí me abrumó mucho, porque recibí el respaldo de miles de personas. Fue una pasada ver que tanta gente confiaba en mi para una serie documental. Pero luego ha habido que conseguir mucho más dinero.P. ¿Cuál ha sido el coste final de la serie y cómo se ha logrado el dinero?R. El presupuesto total ha sido de 2,4 millones de euros. Conseguimos que se sumase Radio Televisión Española y otras empresas. Ha sido un proyecto muy ambicioso y arriesgado. Muchos nos decían que no hay demanda para este tipo de contenidos y menos en España. Pero, de repente, allí estaba yo entrevistando a Jane Goodall.P. ¿Cuál de los personajes con los que ha hablado para la serie le ha sorprendido más?R. Nemonte Nenkimo, la activista Huaorani de Ecuador, la indígena amazónica. Esta mujer tiene mi edad y ha pasado de vivir prácticamente no contactada a liderar una lucha internacional para expulsar a las petroleras de su territorio. Es muy inspirador ver que mucha gente corriente de repente se encuentra liderando soluciones y luchas. Creo que te apela para dar la mejor versión de ti y hacer más.P. ¿Qué espera de la serie?R. Espero que contribuya a convencernos de que somos capaces de cambiar el mundo para bien, que el futuro no está escrito, que podemos construir un futuro mucho mejor y más excitante que convertirnos en Mad Max o en una distopía política. No está todo tan perdido ni estamos tan derrotados como parece cuando vemos un telediario, hay una marea de fondo muy poderosa que está transformando el mundo.

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