La política de recorte que se instaló en la Casa Blanca con la llegada de Donald Trump, quien nombró al magnate Elon Musk para claudicar todos los gastos innecesarios, también afectó la misión de la Oficina para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Colombia.La ‘motosierra’, como fue bautizada esta estrategia en una convención en la que participó Musk y el presidente argentino Gabriel Milei, ha cancelado el 83 % de los programas de ayuda exterior del gobierno norteamericano.Algunas de las iniciativas que perecieron pertenecían a la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia y Perú. Así lo aseguró desde Ginebra la portavoz Ravina Shamdasani.”Hasta el momento hemos recibido siete cartas de suspensión: tres del Departamento de Estado de EE.UU. sobre proyectos en Guinea Ecuatorial, Irak y Ucrania, y cuatro de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, ya desmantelada) sobre programas en Bangladés, Colombia, Etiopía y Perú”, precisó.El impacto es grande. Estados Unidos aportaba el 40 % de los fondos de la Misión en el país, que se ha convertido en los ojos y oídos de los territorios para denunciar las vulneraciones a las que están sometidas las comunidades.Esta actividad de veeduría ha tomado mayor relevancia con el escalamiento de las hostilidades, que desde hace años se ha enquistado debido al reacomodo de los grupos armados en las zonas que antes estaban bajo hegemonía de las Farc.”Haremos todo lo posible por minimizar el impacto de estos recortes presupuestarios sobre nuestra labor, viendo dónde reducir costes sin que ello afecte a los programas principales”, aseguró la portavoz en rueda de prensa.Shamdasani también dijo que de la chequera de Estados Unidos salían 36 millones de dólares, lo que representaba el 13,5 % de los ingresos extrapresupuestarios de la entidad y que dejaron de recibirse.El alto comisionado de la ONU Derechos Humanos, Volker Türk, también refutó la decisión del gobierno de Trump y dijo: “Es un tiempo para invertir más en derechos humanos, no menos, con el fin de prevenir conflictos, ayudar a resolver crisis y evitar la llegada de otras nuevas”.El argumento de la Oficina Oval es que se despilfarraban millones de dólares en iniciativas que no estaban alineadas con los intereses de Estados Unidos. A escasas dos semanas de asumir el mandato, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva que congeló toda la ayuda exterior y, a través del Departamento de Estado, se dio un lapso de 90 días para clasificar los proyectos que seguiría financiando. Eso sí, descartó de tajo cualquier iniciativa relacionada con temas antirrepublicanos como el aborto, la planificación familiar o la defensa de la diversidad sexual. En este filtro, la agencia Usaid, con el recorte del 92 % de su financiamiento, prácticamente desapareció. Según Estados Unidos, se identificaron 5.800 asignaciones por eliminar. “Los 5.200 contratos cancelados costaron decenas de miles de millones de dólares en acciones que no sirvieron (y en algunos casos incluso dañaron) los intereses nacionales de Estados Unidos”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense en redes sociales.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

‘Política de la motosierra’ en Estados Unidos repercute en la misión de la ONU Derechos Humanos en Colombia
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